La segunda venida de Cristo


La mayoría de las personas que forman el mundo cristiano y que están bien informadas sobre las profecías, conocen este tema.
Y lo conocen porque es un tema vigente y actual de nuestra época.
Más que nada, porque el inicio de las profecías finales ya está en marcha, y el arrebatamiento es una de ellas.
Ésta concretamente, es la que más afecta a la iglesia, por eso muchos cristianos saben de que hablo.

Arrebatamiento o rapto, es el traslado de la iglesia al cielo.
¿Has oido bien?
Si, traslado de la iglesia al cielo, y aunque parezca un hecho extraño, esto es lo que dicen las Sagradas Escrituras y en ellas me baso para comentarlo.
¿Ha ocurrido este hecho en algún otro momento de la historia?
No, nunca ha ocurrido tal acontecimiento.
Aunque debo recordar que dos personajes bíblicos que ni se conocieron entre ellos ni vivieron en la misma época, también les ocurrió lo mismo a lo que le ocurrirá a la iglesia en gran masa.
Estos dos profetas fueron Enoc y Elias.
Ambos fueron arrebatados al cielo y no conocieron la muerte ni el desagradable proceso de lo que significa morir.

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios (Hebreos 11,5)
Y Elias subió al cielo en un torbellino… viendolo Eliseo, clamaba … y nunca más le vió  (2ª Reyes 2, 11)

¿Porque ha de ocurrir esto a la iglesia?
Porque Dios la preservará de una época muy dramática que vivirá la humanidad en los últimos tiempos.
La iglesia se la denomina bíblicamente “la esposa de Cristo” (apoc. 19,7)
Por esta razón, Jesucristo está interesado en protegerla.
Y no hablo de la iglesia tan criticada por muchas personas y en algunas ocasiones por los medios de comunicación, con hechos poco ejemplares que muchos conocen.
Hablo de la verdadera iglesia, que aunque muchos duden o muestren escepticismo, sigue existiendo.
La iglesia no es una gran organización poderosa y opulenta.
La iglesia es un conjunto de cristianos seguidores de Cristo, fieles a su palabra.
Esa es la verdadera iglesia, la que Cristo protege y protegerá.

¿Como se producirá este gran acontecimiento?
El apostol Pablo nos lo confiesa a través de un texto bíblico.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos, pero todos seremos transformados en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Porque sonará la trompeta, y los muertos serán resucitados sin corrupción; y nosotros seremos  transformados.
Porque es necesario que esto corruptible sea vestido de incorrupción, y que esto mortal sea vestido de inmortalidad.”
(1ª Corintios 15, 51)

Dos venidas
SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
La segunda venida de Cristo se producirá en el periodo que la Biblia denomina apocaliptico.
Esto es, en los últimos tiempos de nuestra generación.
Cristo vino en el año cero de nuestra era, pero Cristo volverá a venir al final.
La diferencia es en la forma que regresará.

Durante la primera venida, todos conocemos la historia en la cual Jesús nació en un establo del pesebre de Belén y de la cual celebramos más o menos comercialmente y más o menos religiosamente la Navidad.
Se asignó este año, como el año cero de nuestra historia occidental.
No ocurre igual por cierto en otras sociedades como la china o la judia.

Pero la segunda venida de Cristo se producirá según los cristianos, con la misma certeza que la primera.
La diferencia es en la forma de hacerlo y el objetivo.
La misión de la primera venida de Cristo fue siendo Dios, nacer como hombre, vivir como hombre y morir como hombre.
Y su objetivo fue la predicación de las buenas nuevas de salvación entre los hombres, algo que no todos han comprendido por desgracia.
En esa primera venida, Cristo no se involucró en la historia de Israel.
Israel estaba sometida al pueblo romano y cuando Cristo murió, Israel seguía sometida al mismo pueblo romano.
Jesús no hizo nada para evitarlo.
Y esa fue una de las causas para que el pueblo judio no lo reconociese.

En la segunda venida, Cristo no viene de forma humilde y sencilla, sino de forma poderosa.
No viene a predicar, sino a juzgar y a establecer su reino en la tierra.
Eso es lo que nos indica la Biblia.
Esas son en sintesis las dos venidas de Cristo, una confirmada y otra por esperar.

Pero sobre la segunda venida de Cristo a la tierra hay un poco de confusión incluso entre los mismos cristianos.
Una cosa es la segunda venida donde Jesús se presentará públicamente con poder y gloria ante toda la tierra, tal como la mayoría de cristianos creen.
 
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, asi será la venida del Hijo del Hombre”.
“Y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes con poder y gran gloria”
(Mateo 24, 27 y 30)
De esta venida ya nos lo anunciaron los ángeles que custodiaban a Jesús durante su resurrección.

Después de decir esto, y mientras ellos le veían, él fue elevado; y una nube le recibió ocultándole de sus ojos.
Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo mientras él se iba, he aquí dos hombres vestidos de blanco se presentaron junto a ellos, y les dijeron:
Hombres galileos, ¿por qué os quedáis de pie mirando al cielo?
Este Jesús, quien fue tomado de vosotros arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le habéis visto ir al cielo (Hechos 1,9-11)

ARREBATAMIENTO
Otra cosa es el rapto, una visita previa a la segunda venida, inesperada y en secreto.
Una visita similar al ladrón que viene a robar y que nadie espera.
No sabemos de cierto cuanto tiempo antes, pero la Palabra nos indica que es antes de su segunda venida apoteósica.

He aquí yo vengo como ladrón en la noche. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas. (apoc. 16,15)

Velad porque no sabéis a que hora ha de venir vuestro Señor”
“Porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”
(Mateo 24, 42-44)

Por lo tanto hay dos venidas; la secreta y la de poder en gloria, separadas entre ellas por poco tiempo.
Estas dos venidas finales muy proximas entre ellas, están claramente reflejadas e identificadas con caracteristicas contradictorias.
Secreto, sorpresa, inesperado y en cambio otra, apoteosica, visible, pública.

Pablo nos indica que el rapto o arrebatamiento se producirá inmediatamente después de una gran resurrección mundial (los que “duermen”). Otro acontecimiento también inverosímil para esta sociedad materialista y tecnológica.

Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los demás que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, de la misma manera Dios traerá por medio de Jesús, y con él, a los que han dormido.
Pues os decimos esto por palabra del Señor: Nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera precederemos a los que ya durmieron.
Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros, los que vivimos y habremos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes, para el encuentro con el Señor en el aire; y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.”
(1ª Tesalonicenses 4, 13)

Durante esta visita, Pablo nos dice que Jesucristo viene a buscar a su iglesia, pero no toca suelo, sino que el encuentro con su iglesia se produce en el aire.

Para una mejor claridad de los eventos, al final de este apattado tienes un pequeño plano aclaratorio.

La pregunta clave es, cuando sucederá.
Hay varias tendencias entre los cristianos.
Unos dicen que aunque Cristo vendrá otra vez, la iglesia pasará por el mismo proceso de historia como el resto de mortales y que tal arrebatamiento no existe.

Otros, quizás la mayoría, afirma que el rapto se producirá tres años y medio antes de la segunda venida. Será al inicio del reinado del anticristo, que en otro apartado hablo.
Si la gran tribulación o periodo caótico final en nuestro planeta, se vivirá en estos tres años y medio, la iglesia no estará aquí.
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero para probar a los que moran sobre la tierra.”  Dice el Señor a su iglesia.
(Apocalipsis 3, 10)

Este es un posible motivo:
En Apocalipsis y desde el capitulo 4 verso 1 donde Jesús le dice a Juan “sube acá” y hasta el capitulo 19, 7 identificando a la la iglesia como “esposa”, la palabra iglesia no aparece por ningún lado.
Apocalipsis habla de santos (apoc 13,7), habla de dos testigos que profetizan (apoc 11,3), habla de 144.000 siervos elegidos (apoc 7,3), pero no habla de su iglesia.
Quizás porque no esté presente en este momento de la historia, y ese “sube acá” de apoc.4,1 signifique para algunos, el rapto.
Cuando por otra parte en Apocalipsis 9, 4 Dios protege de los males y plagas que acechan a la tierra a sus sellados (los 144.000 judios), ¿porque no protege también a la iglesia?
O no la protege o … no está presente en el escenario apocaliptico.

¿Porque hablo tanto de la iglesia en referencia a los tiempos apocalipticos?
Porque los cristianos que vivamos en estos tiempos finales tan dificiles, seremos protegidos siempre que estemos bajo la protección de Dios.
Y esa protección estará depositada en su iglesia como su pueblo amado.

Mi pensamiento personal está en la clave que da Pablo en 1ª Corintios 15,51.
“… a la trompeta final …”
Un texto que hemos leído anteriormente en el libro de Corintios.
A mi entender, está dando la clave que el arrebatamiento se producirá durante la última trompeta.
¿Pero a que trompeta se refiere, sonarán trompetas quizás?

El libro de apocalipsis divide las visiones en 7 sellos, 7 trompetas y 7 copas.
Las trompetas en este caso significan advertencias, y son siete.
Cada una de ellas representa una etapa y una situación que se vivirá en la tierra.
Si nos centramos en estos relatos, podemos identificar el momento.
Pero son situaciones que posiblemente entendamos mucho mejor cuando las estemos viviendo, … a quien le toque vivirlas.

Fijémonos en lo que dice el ángel durante la última trompeta de Apocalipsis 10, 6-7
y el ángel juró por el que vive para siempre jamás, quien creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él: "Ya no hay más tiempo, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él esté por tocar la trompeta, también será consumado el misterio de Dios, como él lo anunció a sus siervos los profetas."

El tiempo de salvación se acaba y llegan las copas de la ira sobre la tierra.
El angel jura que el tiempo de la paciencia no superará los tres años y medio.

Cuando el anticristo entra en el templo de Dios y se manifiesta como la abominación desoladora, la iglesia de cierto no estará aquí.
y ellos hollarán la ciudad santa 42 meses (Apoc. 11,2)

La iglesia verá al anticristo en sus inicios, como describe Pablo, pero no su manifestación plena.

Ahora, con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no seáis movidos fácilmente de vuestro modo de pensar ni seáis alarmados, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, como que ya hubiera llegado el día del Señor.
Nadie os engañe de ninguna manera; porque esto no sucederá sin que venga primero la apostasía y se manifieste el hombre de iniquidad, el hijo de perdición.
Este se opondrá y se alzará contra todo lo que se llama Dios o que se adora, tanto que se sentará en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios.
¿No os acordáis que mientras yo estaba todavía con vosotros, os decía esto?
Ahora sabéis qué lo detiene, a fin de que a su debido tiempo él sea revelado.
Porque ya está obrando el misterio de la iniquidad;
solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.
Y entonces será manifestado aquel inicuo, a quien el Señor Jesús matará con el soplo de su boca y destruirá con el resplandor de su venida.
El advenimiento del inicuo es por operación de Satanás, con todo poder, señales y prodigios falsos, y con todo engaño de injusticia entre los que perecen, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
Por esto, Dios les enviará una fuerza de engaño para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
(2ª Tesalonicenses 2, 1-12)

Mientras el Espiritu de Dios y su iglesia estén presentes en la tierra, el anticristo no se manifestará como tal, porque Dios se lo impide y ambas fuerzas no pueden convivir juntas.

Que situación se vivirá en la tierra antes de su manifestación?
Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, hermanos, no tenéis necesidad de que os escriba.
Porque vosotros mismos sabéis perfectamente bien que el día del Señor vendrá como ladrón de noche.
Cuando digan: "Paz y seguridad", entonces vendrá la destrucción de repente sobre ellos, como vienen los dolores sobre la mujer que da a luz; y de ninguna manera escaparán.
Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, como para que aquel día os sorprenda como un ladrón.
Todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día. No somos hijos de la noche ni de las tinieblas.
Por tanto, no durmamos como los demás, sino vigilemos y seamos sobrios.”
(1ª Tesalonicenses 5, 1-6)

Paz y seguridad, esta es la clave de su visita secreta.
“Alguien” con poder, proporcionará a este mundo en caos, una etapa de falsa paz y falsa seguridad.

Pero algunos se burlarán de su promesa.

“Primeramente, sabed que en los últimos días vendrán burladores con sus burlas, quienes procederán según sus bajas pasiones, y dirán: "¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde el día en que nuestros padres durmieron todas las cosas siguen igual, así como desde el principio de la creación."
Pues bien, por su propia voluntad pasan por alto esto: que por la palabra de Dios existían desde tiempos antiguos los cielos, y la tierra que surgió del agua y fue asentada en medio del agua.
Por esto el mundo de entonces fue destruido, inundado en agua.
Pero por la misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen están reservados para el fuego, guardados hasta el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos.
Pero, amados, una cosa no paséis por alto: que delante del Señor un día es como mil años y mil años como un día.
El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con vosotros, porque no quiere que nadie se pierda, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón. Entonces los cielos pasarán con grande estruendo; los elementos, ardiendo, serán deshechos, y la tierra y las obras que están en ella serán consumidas.”
(2ª Pedro 3,1-10)